miércoles, 21 de octubre de 2015

Introducción a Terapia Cognitiva









Nació en Providence, Rhode island, el 18 de julio de 1921.

El Doctor Aaron Temkin Beck es presidente del Beck Institute for Cognitive Therapy and Research  y profesor de Psiquiatría en la Universidad de Pensilvania.Se graduó en la Universidad de Brown en 1942 y en la Escuela de Medicina de Yale en 1946. Alrededor del año 1956, Aarón Beck trabajaba como clínico e investigador psicoanalista. Su interés estaba centrado en reunir evidencia experimental de que en las depresiones encontraría elementos de una "hostilidad dirigida contra sí mismo", tal como lo indican las teorías freudianas. Los resultados obtenidos no confirmaron esa hipótesis, lo que le llevó a cuestionarse sobre la teoría psicoanalítica de la depresión y sobre el psicoanálisis en general. Los datos obtenidos apuntaban más bien a contenidos temáticos que indicaban que los pacientes depresivos "seleccionaban" focalmente su percepción de sus problemas en aspectos muy negativos. Esto unido a los largos análisis de los pacientes depresivos con la técnica psicoanalítica habitual, y con escasos resultados para tan alto costo, le hicieron abandonar el campo del psicoanálisis. Su interés se centró desde entonces en los aspectos cognitivos de la psicopatología y de la psicoterapia.

Médico de formación, a lo largo de las décadas de los años 50 y 60 Beck publicó diversos trabajos en revistas especializadas en Medicina y Psiquiatría, abordando cuestiones fundamentalmente clínicas. La relación entre el pensamiento y los afectos aparecía en ellos de forma recurrente (Beck, 1963, 1964; Beck y Valin, 1953; Beck y Ward, 1961).

Beck en su ya clásico libro “Terapia Cognitiva de la Depresión” cuenta como comenzó a cuestionar primeramente algunos aspectos teóricos del Psicoanálisis, hasta que sus propias investigaciones con pacientes deprimidos, los pocos éxitos que encontraba entre sus colegas que estaban siendo sometidos a largos e ineficaces tratamientos y las inconsistencias que fue encontrando en el trabajo con pacientes depresivos, según sus propias palabras: “Me llevaron a evaluar de un modo crítico la teoría psicoanalítica de la depresión y, finalmente toda la estructura del psicoanálisis”. Es así que comienza a desarrollar lo que posteriormente se transformaría en una de las psicoterapias más eficaces para el tratamiento de la Depresión.

En 1967 publicó "La depresión" que puede considerarse su primera obra en la que expone su modelo cognitivo de la psicopatología y de la psicoterapia, con la que alcanza su máxima difusión y reconocimiento en el ámbito clínico. En esta obra no solo expone la naturaleza cognitiva del trastorno depresivo sino también la forma prototípica de estructurar un caso en terapia cognitiva, así como descripciones detalladas de las técnicas de tratamiento. La obra referida llega así a convertirse en una especie de manual de terapia cognitiva. En 1976 publica La terapia cognitiva y los trastornos emocionales, donde extiende su enfoque terapéutico a otros trastornos emocionales. Más adelante amplía su modelo a los trastornos por ansiedad publicando obras como Desórdenes por ansiedad y fobias: una perspectiva cognitiva. Beck y otros seguidores han seguido extendiendo el modelo a otros desórdenes, como por ejemplo esquizofrenia, Perris, 1988; obsesión-compulsión, Salkovskis, 1988; trastornos de la personalidad, Freeman, 1988; trastornos alimentarios, McPherson, 1988; trastornos de pareja, Beck, 1988; etc

Médico de formación, a lo largo de las décadas de los años 50 y 60 Beck publicó diversos trabajos en revistas especializadas en Medicina y Psiquiatría, abordando cuestiones fundamentalmente clínicas. La relación entre el pensamiento y los afectos aparecía en ellos de forma recurrente (Beck, 1963, 1964; Beck y Valin, 1953; Beck y Ward, 1961).


En 1967 publicó "La depresión" que puede considerarse su primera obra en la que expone su modelo cognitivo de la psicopatología y de la psicoterapia, con la que alcanza su máxima difusión y reconocimiento en el ámbito clínico. En esta obra no solo expone la naturaleza cognitiva del trastorno depresivo sino también la forma prototípica de estructurar un caso en terapia cognitiva, así como descripciones detalladas de las técnicas de tratamiento. La obra referida llega así a convertirse en una especie de manual de terapia cognitiva. En 1976 publica La terapia cognitiva y los trastornos emocionales, donde extiende su enfoque terapéutico a otros trastornos emocionales. Más adelante amplía su modelo a los trastornos por ansiedad publicando obras como Desórdenes por ansiedad y fobias: una perspectiva cognitiva. Beck y otros seguidores han seguido extendiendo el modelo a otros desórdenes, como por ejemplo esquizofrenia, Perris, 1988; obsesión-compulsión, Salkovskis, 1988; trastornos de la personalidad, Freeman, 1988; trastornos alimentarios, McPherson, 1988; trastornos de pareja, Beck, 1988; etc


Pese a que Beck ha sido un autor bastante prolífico, contando en la actualidad con una veintena de libros y más de 500 artículos, puede decirse que el núcleo de su propuesta terapéutica queda ya fijado en el manual de 1967. La psicoterapia cognitiva figura actualmente entre las formas de tratamiento psicológico más eficaces, en términos estadísticos (Sensky, 2005; Stuart y Bowers, 1995; Dobson, 1989). Esta modalidad aparecía durante la década de los 60 del pasado siglo xx en Estados Unidos, ante las críticas y la creciente insatisfacción hacia las terapias conductuales y psicoanalíticas. Albert Ellis (1913-2007) y Aaron T. Beck (1921-) son considerados los fundadores de esta forma de tratamiento psicológico. Ambos se formaron en la tradición psicoanalítica, ejercieron como psicoterapeutas y pudieron constatar la limitada eficacia del psicoanálisis para resolver satisfactoriamente algunos de los problemas de los que se ocupaba. De manera independiente, cada uno de ellos desarrolló una serie de estrategias terapéuticas que setarían las bases de la denominada psicoterapia cognitiva.

Pese a la coincidencia espacial y temporal, la terapia cognitiva y la psicología cognitiva aparecen en contextos intelectuales diferentes y evolucionan de manera independiente, persiguiendo objetivos distintos. A diferencia de lo ocurrido en otras escuelas, las terapias cognitivas no surgieron de la psicología cognitiva (Feixas y Miró, 1997), si bien es cierto que a posteriori las primeras han buscado fundamento y respaldo científico en las segundas.

La Psicología Cognitiva estudia procesos básicos tales como la memoria, la concentración, la formación de conceptos, el procesamiento de la información, etc.. En cambio la Psicoterapia Cognitiva, diseñó métodos específicos (tratamientos) a partir de algunos desarrollos de la Psicología Cognitiva, que permiten ser aplicados a distintas personas con distintas problemáticas para mejorar su calidad de vida, solucionar problemas humanos y tratar trastornos mentales. También es importante señalar que la Psicoterapia Cognitiva no se basa exclusivamente ni es un desarrollo tecnológico de la Psicología Cognitiva (Ingram, 1986; Ibañez, 1988; Tous, 1989). En este trabajo pondremos especial énfasis en la Psicoterapia Cognitiva, ya que como dijimos si bien sus desarrollos son paralelos y existen algunos elementos que se relacionan, la práctica clínica no se sustenta ni encuentra su fundamentación exclusiva en los principios básicos de la Psicología Cognitiva


Los orígenes filosóficos de la terapia cognitiva se remontan a los Estoicos, en particular a Zenón de Citio (siglo IV a. C.), Crisipo, Cicerón, Séneca, Epicteto, y Marco Aurelio. Epicteto escribió en El Enchiridión: “Los hombres no se perturban por causa de las cosas, sino por la interpretación que de ellas hacen”. Del mismo modo que el Estoicismo, las Filosofías Orientales, como el Taoismo y el Budismo, han subrayado que las emociones humanas están basadas en las ideas. El control de los sentimientos más intensos puede lograrse mediante un cambio en las ideas

La terapia cognitiva es un procedimiento activo, directivo, estructurado y de tiempo limitado que se utiliza para tratar distintas alteraciones psiquiátricas (por ejemplo, la depresión, la ansiedad, las fobias, problemas relacionados con el dolor,
etc.).

Se basa en el supuesto teórico subyacente de que los efectos y la conducta
De un individuo están determinados en gran medida por el modo que tiene
Dicho individuo de estructurar el mundo (Beck, 1967, 1976). Sus cogniciones
(“eventos” verbales o gráficos en su corriente de conciencia) se basan en actitudes
o supuestos (esquemas) desarrollados a partir de experiencias anteriores.

 Por
Ejemplo, si una persona interpreta todas sus experiencias en términos de si es
Competente y está capacitada, su pensamiento puede verse dominado por el esquema,
“Si no lo hago todo a la perfección, significa que soy un fracaso”. Consecuentemente,
Esta persona responderá a las situaciones en términos de adecuación,
incluso aunque las situaciones no tengan nada que ver con la dimensión
de competencia personal.

El  modelo cognitivo propone que todas las perturbaciones psicológicas tienen en común una distorsión del pensamiento, que influye en el estado de ánimo y en la conducta de pacientes

Una evaluación realista y la consiguiente modificación del pensamiento producen una mejoría en estados de ánimo y comportamientos .Esta mejoría permanece resultante de la modificación de las creencias disfuncionales subyacentes.

La terapia cognitiva se especifica un problema que es importante para el paciente, se identifica y se evalúa una idea disfuncional asociada, se diseña un plan razonable y se evalúa la eficacia de la intervención

La terapia cognitiva se basa en el modelo cognitivo que plantea la hipótesis de que las percepciones de los eventos influyen sobre las emociones y los comportamientos de las personas. Los sentimientos no están determinados por las situaciones mismas sino más bien por el modo como las personas interpretan esas situaciones. (Beck; 1964, Ellis, 1962)

La terapia cognitiva se sirve de una amplia variedad de estrategias cognitivas
y conductuales. El objetivo de las técnicas cognitivas es delimitar y poner a prueba las falsas creencias y los supuestos desadaptativos específicos del paciente.

El método consiste en experiencias de aprendizaje altamente específicas
Dirigidas a enseñar al paciente las siguientes operaciones: (1) controlar los pensamientos (cogniciones) automáticos negativos; (2) identificar las relaciones entre cognición, afecto y conducta; (3) examinar la evidencia a favor y en contra de sus pensamientos distorsionados ; (4) sustituir estas cogniciones desviadas por interpretaciones más realistas; y (5) aprender a identificar y modificar las falsas creencias que le predisponen a distorsionar sus experiencias

El esquema básico de la Terapia Cognitiva puede ser graficado como un
triángulo en donde en cada vértice podemos ubicar a los pensamientos o
cogniciones, la conducta y la emoción


El terapeuta cognitivo
El terapeuta según Beck (1979) debe tener tres características básicas que
son:
 Aceptación: el terapeuta debe aceptar plenamente al paciente, su mundo y sus
problemas, aunque no comparta su cosmovisión o filosofía de vida.
 Autenticidad: el terapeuta debe ser genuino, sincero y auténtico, la falta de
honestidad por parte del mismo dificultan el establecimiento de un buen vínculo
terapéutico. Si uno como terapeuta va a decir algo agradable sólo para hacer
sentir bien al paciente, pero sin creerlo y sentirlo verdaderamente, será
preferible no decirlo, la franqueza y la autenticidad deben ser valores
fundamentales del terapeuta.

 Empatía: con este término se hace referencia a la capacidad de poder ponerse en
el lugar del otro, si bien esto puede ser difícil en muchos casos, se trata de ser
receptivo con el sufrimiento del otro, tampoco es algo mimético que hace que
uno esté en el lugar del otro realmente, sino simplemente que pueda resonar
internamente, comprender y acompañar en el padecimiento al paciente


Psicoeducación

La Terapia Cognitiva utiliza frecuentemente la Psicoeducación que consiste
en la explicación en forma breve del modelo teórico de trabajo, dándole al paciente información sobre sus problemas y padecimientos. Esto resulta muy importante y útil en muchas ocasiones, la psicoeducación merecería un desarrollo bastante más extenso que excede este artículo, pero podemos decir que el principal efecto que tiene este tipo de trabajo es el aumento de la adherencia al tratamiento, factor crucial para el éxito terapéutico.


Esquemas

El concepto de esquema es clave para todas las líneas cognitivas, fue
utilizado originalmente por Barlett (1932) para referirse a procesos relacionados
con la memoria, también fue mencionado posteriormente por Piaget (1951),
también Neisser (1967) lo definió como la estructura responsable de los
mecanismos que guían la atención selectiva y la percepción; luego fue reformulado y ampliamente utilizado por Beck (1979).


Para Beck, los esquemas son patrones cognitivos relativamente estables que
constituyen la base de la regularidad de las interpretaciones de la realidad. Las
personas utilizan sus esquemas para localizar, codificar, diferenciar y atribuir
significaciones a los datos del mundo. Los esquemas también fueron definidos
como estructuras más o menos estables que seleccionan y sintetizan los datos que ingresan.


LAS CREENCIAS CENTRALES.

 Son las ideas más dominantes acerca de uno mismo algunos autores se refieren a ellas como esquemas (Beck, 1964) diferencia ambas categorías y sugiere que los esquemas son estructuras  cognitivas propia de la mente y las creencias centrales son el contenido específico de esa estructura.

Más adelante establece la teoría de que las creencias centrales negativas se pueden clasificar en dos categorías las que se asocian con el desamparo y las que se asocian  con la incapacidad de ser amado.

Los pacientes también pueden tener creencias centrales negativas acerca de otras personas y del mundo (no es posible confiar en los demás, la gente va a herirme, el mundo es un lugar podrido)

Además de trabajar sobre las creencias centrales referidas al yo también es  necesario evaluar y modificar estas creencias centrales generalizadas sobre nosotros y el mundo.

Las creencias centrales negativas habitualmente son globales generalizadas ya absolutas.


 Cuando una creencia central se activa el paciente procesa con facilidad la información que lo sustenta pero no puede reconocer o distorsiona la información que lo refuta.


Las creencias son los contenidos de los esquemas, las creencias son el
resultado directo de la relación entre la realidad y nuestros esquemas. Podemos
definir a las creencias como todo aquello en lo que uno cree, son como mapas
internos que nos permiten dar sentido al mundo, se construyen y generalizan a
través de la experiencia.


SUPUESTOS ADYACENTES AGREGAR

􀀹 Creencias periféricas: se relacionan con aspectos más secundarios, son más
fáciles de cambiar y tienen una menor relevancia que las creencias nucleares.
Ej.: La vida siempre te da una segunda oportunidad. Creencias


Las creencias nucleares constituyen el núcleo de lo que nosotros somos,
nuestros valores, nuestras creencias más firmes e inconmovibles, justamente por
eso es que nos dan estabilidad y nos permiten saber quienes somos. En cambio las
periféricas o secundarias son más satelitales y no involucran a los aspectos
centrales de la personalidad, por lo tanto pueden modificarse con más facilidad.
Obviamente entre estas dos posibilidades existirá una escala amplia, en cuanto a la
importancia o centralidad que cada persona le atribuya a las creencias.

Pensamientos Automáticos

Distorsiones Cognitivas

Definición de “cognición” para el paciente

El terapeuta puede definir la cognición como “un pensamiento o una imagen
de la que uno puede no ser consciente, a no ser que le preste atención”.
De forma característica, una cognición es una valoración de acontecimientos hecha desde cualquier perspectiva temporal (pasada, presente o futura). Las cogniciones típicas que se observan en la depresión y en otros problemas clínicos se suelen denominar “pensamientos automáticos”, los cuales forman parte de un determinado patrón de pensamiento. Excepto en ciertas situaciones bien definidas (por ejemplo, el intento del artista o del poeta de ampliar las fronteras de lo real), las cogniciones suelen ser interpretadas por el individuo como representaciones objetivas de la realidad y, por lo tanto, se toman como verdaderas. Dado que las cogniciones son automáticas, habituales y creíbles, el individuo raramente se detiene a probar su validez. Por todo esto, no es infrecuente que el depresivo se vea abrumado por cuestiones retóricas (“¿Por qué soy tan débil?” o “¿Por qué soy una persona incompetente?”) o por imágenes desagradables (“Tengo el aspecto de un cerdo, gordo y feo”). Da por supuesto que es débil, feo o incompetente y se pregunta por qué le ha caído una desgracia así.



La conceptualización cognitiva

Generalmente el terapeuta y el paciente se ocupan de los pensamientos automáticos antes de abordar las creencias sin embargo desde el comienzo el terapeuta comienza a formular una conceptualización que siempre conecta los pensamientos automáticos con creencias situadas a niveles mas profundos

El diagrama representa entre otras cosas, la relación entre creencias centrales creencias intermedias y pensamientos automáticos proveen un mapa cognitivo de la psicopatología del paciente y ayuda a organizar la multiplicidad de los datos  que presenta el  paciente.


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Principio 1
La terapia cognitiva se fundamenta en una formulación dinámica del paciente y sus problemas planteados en términos cognitivos

Desde el comienzo identifica sus pensamientos presente  y sus pensamientos problemáticos

En segundo término, el terapeuta discrimina los factores desencadenantes que influyeron sobre las percepciones

En tercer lugar el terapeuta formula Hipótesis acerca de situaciones clave y modelos persistentes de interpretación  de esas situaciones que pueden haber predispuesto la depresión


Principio 2 la terapia cognitiva requiere de una sólida alianza  terapéutica

“Empirismo colaborativo”: En contraste con las terapias tradicionales, como
la terapia psicoanalítica o la terapia centrada en el cliente, el terapeuta que aplica
la terapia cognitiva se encuentra en continua actividad e interactúa intencionadamente
con el paciente. El terapeuta estructura la terapia según un diseño
específico que requiere la participación y colaboración del paciente.

Principio 3
La terapia cognitiva enfatiza en la colaboración y la participación activa.

Principio 4
La terapia cognitiva está orientada hacia objetivos y centrada en problemas determinadas.

Principio 5
La terapia cognitiva inicialmente destaca el presente. El tratamiento de la mayor parte de los pacientes implica poner un énfasis en los problemas actuales y en las situaciones específicas que alteran al paciente.

La atención del pasado puede centrarse en el pasado de tres circunstancias: cuando el paciente expresa una fuerte predilección por hacerlo, cuando el trabajo centrado en el presente produce pocos o ningún cambio desde lo cognitivo, conductual y emocional, o cuando el terapeuta considerada que es importante comprender como y cuando se forjaron ciertas ideas disfuncionales que afectan al paciente en la actualidad

Principio 6
La terapia cognitiva es educativa, tiene por objeto enseñar al paciente a ser su propio terapeuta y poner énfasis en la prevención de las recaídas

No solo ayuda a establecer objetivos, identificar  y evaluar sus pensamientos y creencias

Principio 7 La terapia cognitiva tiende ser limitada en  el tiempo .La mayor parte de los pacientes con depresión y angustia se tratan durante un periodo que van de 4 a 14 sesiones

Principio 8 Las sesiones de terapia cognitiva son estructuradas

Principio 9 La terapia cognitiva ayuda a los pacientes a identificar y a evaluar sus pensamientos y comportamientos disfuncionales y actuar en consecuencia.

Principio 10. La terapia cognitiva se sirve de una variedad de técnicas para cambiar el pensamiento, el estado de ánimo y la conducta.


La siguiente estructura  recomendable para la primera sesión

1. Establecer un plan (y explicitar las razones para hacerlo)
2. Controlar el estado de ánimo, utilizando puntos objetivos
3. Revisar el problema que se presenta y efectuar una actualización del estado en que se encuentra (desde la evaluación)
4. Identificar problemas y establecer objetivos
5. Instruir al paciente acerca del modelo cognitivo
6. Averiguar las expectativas del paciente respecto de su trastorno 
7. Instruir  al paciente respecto de su trastorno
8. Fijar tareas para el hogar
9. Hacer una síntesis
10. Lograr retroalimentación por parte del paciente


Una vez establecido el plan para la primera sesión, el terapeuta realiza un breve control del estado de ánimo. Además del informe subjetivo de la semana, se pueden utilizar algunos cuestionarios objetivos, tales como (Inventarió de depresión de Beck, Inventario  de ansiedad de Beck, y escala de desesperanza de Beck)

Si no dispone de pruebas objetivas, el terapeuta puede dedicar algún tiempo de la primera sesión a enseñar al paciente a proporcionar un puntaje  de su estado de ánimo de 0 a 100, donde 0 significara ausencia total y 100 lo más deprimido que jamás haya sentido

Uno de los principales objetivos de la terapia cognitiva es enseñar al paciente a convertirse a su propio terapeuta cognitivo, el terapeuta averigua (y corrige en caso necesario) lo que el paciente ya sabe acerca de ese tipo de terapia.


El plan típico para aplicar desde la segunda sesión en adelante es, el que describimos a continuación

1. Breve actualización y control del estado de ánimo (y de las medicaciones, alcohol, drogas, si es necesario)
2. Revisión de la sesión anterior
3. Planificación
4. Revisión de la tarea para el hogar
5. Conversación sobre los temas planificados, asignación de nuevas tareas para el hogar, síntesis periódicas.
6. Resumen final y retroalimentación

Pensamientos automáticos


El modelo cognitivo sostiene que la interpretación de una situación (más que la situación misma), a menudo expresada en forma de pensamientos automáticos, influye sobre las emociones el comportamiento y respuestas fisiológicas subsiguientes. Por supuesto, existen acontecimientos que son casi universalmente perturbadores, tales como ser atacado, padecer un rechazo o un fracaso.

Los pensamientos automáticos constituyen un flujo de pensamientos que coexiste con  otro flujo de pensamientos más manifiesto (Beck,1964) Estos pensamientos no son patrimonio no solo de las personas con trastornos Psicológicos, sino que son una experiencia común a todos

La terapia cognitiva les provee entonces las herramientas para evaluar sus pensamientos  de una manera consciente  y estructurada, especialmente cuando se sienten perturbados

El terapeuta cognitivo se interesa en la identificación de los pensamientos disfuncionales, es decir aquellos que distorsionan la realidad, son emocionalmente perturbadores / o interfieren con la capacidad del paciente para alcanzar sus objetivos. Los pensamientos automáticos disfuncionales son casi siempre negativos.

Los pensamientos automáticos suelen ser breves y el paciente a menudo está más consciente de la emoción que experimenta como consecuencias del pensamiento que de este en sí mismo 

La emoción que experimenta el paciente está conectada de manera lógica con el contenido del pensamiento automático. Por ejemplo Sally piensa soy muy tonta  y se siente triste

Los pensamientos automáticos pueden aparecer en forma verbal, visual, (imágenes) o de ambas maneras. Además de su pensamiento verbal automático (oh no) es posible que Sally haya tenido una imagen de sí misma, sola en su escritorio  en la noche, ocupada en sus tareas para las terapias.


Los pensamientos automáticos se pueden evaluar según validez y utilidad, la mayor parte de ellos están distorsionados de alguna manera y se produce pese  a que existen evidencias objetivas que indiquen lo contrario.

Un segundo tipo de pensamientos automáticos son adecuados pero el paciente extrae de ellos conclusiones distorsionadas por ejemplo no hice lo que le dije a mi compañera de cuarto  es un pensamiento valido, por lo tanto soy una mala persona  (no lo es)

Un tercer tipo de pensamientos automáticos también son correctos, pero decididamente disfuncionales  por ejemplo Sally estaba estudiando para el examen y pensaba “Me va a tomar horas aprender esto “estaré levantada hasta las 3 de la mañana “

Este pensamiento era indudablemente correcto, pero aumentaba su angustia y disminuía  su concentración y motivación

Las personas habitualmente  aceptan estos pensamientos sin reflexionar  como si fueran verdaderos sin reflexionar sobre ellos ni evaluarlos. La identificación de los pensamientos automáticos, su evaluación y la manera más adaptativa de responder a ellos suele producir cambios positivos en las emociones


Explicar los pensamientos automáticos a los pacientes

T: ¿Qué cruzaba por tu mente en ese momento?
P: Estaba mirando a otros estudiantes, que conversaban y se divertían en el parque
T: ¿Qué pasaba por tu mente mientras los mirabas?
P: Que nunca sería como ellos
T: Esta bien, acabas de identificar lo que llamamos pensamientos automáticos .Todas las personas los tienen. Son pensamientos que aparecen de pronto en la mente. No estamos tratando de pensar en eso deliberadamente. Por eso los llamamos automáticos. La mayor parte de las veces suceden  muy rápido y somos más conscientes de la emoción- en este caso, la tristeza- que del pensamiento. Muchas veces esos pensamientos están distorsionados de alguna manera, pero reaccionamos como si fueran ciertos.


Indagar los pensamientos automáticos que aparecen en sesión

Identificar los pensamientos automáticos en una situación especifica

Diferencias entre pensamientos automáticos e interpretaciones

Cuando el terapeuta indaga sobre los pensamientos automáticos del paciente, en realidad busca las palabras e imágenes exactas que pasaron en su mente. Sucede que muchos pacientes hasta que aprenden a identificar sus pensamientos refieren sus interpretaciones, que no pueden reflejar el verdadero pensamiento.

T: ¿Cuándo viste a esa mujer en la cafetería? ¿Qué paso por tu mente?
P: Que vestía muy bien

Trata de recordar ¿Qué paso en tu mente?
P: Ella es muy inteligente. Yo no soy nada comparada con ella
“Control de pensamiento”

Reformular los pensamientos telegráficos o en forma de pregunta

T: ¿Qué pasaba por tu mente cuando anunciaron la fecha de entrega de monografía?
P: Solo pensé “Uy”
T: ¿Puedes expresarlo mejor? Uy Significa
P: Nunca lograre entregar el trabajo a tiempo, tengo demasiadas cosas que hacer


Los pensamientos automáticos muchas veces se presentan en forma de pregunta y esa modalidad dificulta su evaluación, por esa razón el terapeuta trata de guiar al paciente  para que lo exprese en forma de enunciación, antes de comenzar a evaluarlo

T: ¿Te sentías angustiada? ¿Qué era lo que pasaba por tu mente en ese momento?
P: Pensaba ¿Aprobare el examen?
T: ¿Estabas pensado que probablemente  aprobarías o que probablemente no aprobarías el examen?
P: Que no aprobaría

Identificar las emociones
Después de todo, el principal objetivo de la terapia es lograr el alivio de los síntomas  y la reducción del nivel de distres a partir de la modificación del pensamiento disfuncional

Distinguir entre pensamientos automáticos y emociones

Muchos pacientes no comprenden claramente la diferencia entre lo que están pensando y lo que están sintiendo

El terapeuta organiza el material que el paciente le presenta, clasificándolo según las categorías del modelo cognitivo: situación, pensamiento automático y reacción (emoción, comportamiento y respuesta fisiológica)

T: ¿Qué sentías mientras pensabas eso?
P: Creo que estaba un poco angustiada


T; Cuando entraste al cuarto  vacío, ¿Qué pasó por tu mente?
P: Tristeza, soledad, decaimiento.

El terapeuta debe llegar a entender la relación entre los pensamientos las emociones y el comportamiento. Con esta razón cuando una emoción no parece ser compatible con los contenidos de los pensamientos automáticos trata de investigar más profundamente.

La importancia de distinguir entre distintos emociones
Dificultades para evaluar el grado de emoción.

T: ¿Cómo te sentiste cuando tu amiga dijo lo siento ahora no tengo tiempo?
P: Creo que me sentí bastante triste.

T: Considerando el 100% como lo más triste que te has sentido o que te puedes imaginar, y 0 como no estar triste ¿cómo te sentiste cuando dijo lo siento ahora no tengo tiempo?
P: Cerca de un 75%

Ocuparse de un pensamiento automático.
1-    ¿Cuánto crees ahora en ese pensamiento? (0-100%)
2-    ¿Cómo te hizo sentir ese pensamiento? (emocionalmente)
3-    ¿Qué intensidad tiene esa emoción? (0-100%)




Identificar las distorsiones cognitivas

Los pacientes tienden a persistir recurrentemente en los errores  de su pensamiento cuando el paciente expresa un pensamiento automático el terapeuta consigna verbal, mentalmente o por escrito (el tipo de error que parce estar cometiendo)

Registro de pensamientos disfuncionales
Es un formulario que ayuda al paciente a combatir más eficazmente sus pensamientos disfuncionales y por lo tanto a disminuir su disforia

El terapeuta   debe ser hacer un plan para presentar  el RPD en dos etapas que tendrán lugar en dos o más sesiones. En la etapa uno se ocupara de las primeras dos columnas y en la etapa dos de las últimas dos.

Las creencias se pueden clasificar en dos categorías las creencias intermedias (compuestas por reglas actitudes y presunciones) y las creencias centrales (ideas globales rígidas y absolutas acerca de uno mismo y de los demás) las creencias intermedias si bien no se pueden modificar tan fácilmente como los pensamientos automáticos son más maleables que las creencias centrales.


Errores en el procesamiento de la información

LAS DISTORSIONES COGNITIVAS A continuación se exponen 15 tipos de pensamientos deformados o distorsiones cognitivas propuestos por Sacco y Beck (1995):

 1. Filtraje. Se toman los detalles negativos y se magnifican mientras que no se filtran todos los aspectos positivos de la situación. El resultado es que estos pensamientos negativos excluyen todo lo demás.

 2. Pensamiento polarizado. Se tiende a percibir las cosas de forma extremista, sin términos medios. Son buenos o malos, blancos o negros. Si no se es perfecto, entonces se es imbécil. No existe término medio.

 3. Sobregeneralización. Se extrae una conclusión general de un simple incidente o parte de la evidencia. Si ocurre algo malo en alguna ocasión esperara que ocurra una y otra vez.

1.      Interpretación del pensamiento. Se hacen interpretaciones sobre cómo se sienten los demás y qué les motiva a ello. También implica hacer interpretaciones de cómo reacciona la gente ante las cosas que le rodean y ante nuestra propia actuación. Las interpretaciones dependen de un proceso llamado proyección. La persona imagina que la gente siente y reacciona a los pensamientos de la misma forma que ella
. 5. Visión catastrófica. A menudo estos pensamientos empiezan por las palabras "y si". Si alguien lee una noticia negativa, empieza a preguntarse si le podría ocurrir a él.

 6. Personalización. Las personas que los sufre creen que todo lo que la gente hace o dice es alguna forma de reacción hacia ella. También se compara con los demás intentando determinar quien es más elegante, tiene mejor aspecto, etc.

 7. Falacias de control. Existen dos formas de distorsión del sentido de poder y control de una persona. Una persona puede verse a sí misma impotente y extremadamente controlada, o puede verse omnipotente y responsable de todo lo que ocurre alrededor.

 8. La falacia de justicia. La persona está resentida porque piensa que conoce que es la justicia, pero los demás no están de acuerdo con ella.

9. Culpabilidad. La persona mantiene que los demás son los responsables de su sufrimiento, o toma el punto de vista opuesto y se culpa a si misma de todos los problemas ajenos.

10. "Los debería". La persona tiene una serie de normas rígidas de cómo deberían actuar tanto ella como los demás. Las personas que no siguen estas reglas le enojan y también se siente culpable cuando las viola él mismo.

 11. Razonamiento emocional. Se está en la creencia de que lo que la persona siente tendría que ser verdadero. Si se siente perdedor, tiene que serlo. Si se siente culpable, algo tiene que haber hecho mal.

12. Falacia del cambio. Una persona espera que los demás cambiaran para seguirle si los influye o camela lo suficiente. Necesita cambiar a la gente porque sus esperanzas de felicidad parecen depender de ello.

13. Etiquetas globales. Aunque pueden contener algo de verdad, en el juicio global se generalizan una o dos cualidades, ignorando la evidencia contraria y convirtiendo la visión del mundo en estereotipada y unidimensional.

 14. Tener razón. Continuamente esta en un proceso para probar que sus opiniones y acciones son correctas. Es imposible equivocarse y se hará cualquier cosa para demostrar que se tiene razón.

15. La falacia de la recompensa divina. La persona se comporta correctamente porque espera obtener una recompensa. Se sacrifica y se esfuerza por ese beneficio. Estas recompensas nunca llegan y la persona poco a poco se va frustrando.

Creencias Intermedias

¿Cómo identifica el terapeuta las creencias intermedias?

1- Reconociendo las creencias que se presentan como pensamientos automáticos.
2- Proporcionando la primera parte de una presunción.
3-Preguntado directamente sobre una regla o actitud.
4-Usando la técnica de la flecha hacia abajo.
5- Analizando los pensamientos automáticos de un paciente en busca de temas comunes
6- Revisando un cuestionario sobre creencias que el paciente ha respondido.


MODIFICAR CREENCIAS
1-    Cuestionario socrático.
2-    Experimentos conductuales.
3-    Continuum cognitivo.
4-    Dramatizaciones racionales emocionales.
5-    Utilización de los demás como punto de referencia.
6-    Actuar como sí.
7-    Expresiones la propia experiencia.



LAS CREENCIAS CENTRALES.

 Son las ideas más dominantes acerca de uno mismo algunos autores se refieren a ellas como esquemas (Beck, 1964) diferencia ambas categorías y sugiere que los esquemas son estructuras  cognitivas propia de la mente y las creencias centrales son el contenido específico de esa estructura.

Más adelante establece la teoría de que las creencias centrales negativas se pueden clasificar en dos categorías las que se asocian con el desamparo y las que se asocian  con la incapacidad de ser amado.

Los pacientes también pueden tener creencias centrales negativas acerca de otras personas y del mundo (no es posible confiar en los demás, la gente va a herirme, el mundo es un lugar podrido)

Además de trabajar sobre las creencias centrales referidas al yo también es  necesario evaluar y modificar estas creencias centrales generalizadas sobre nosotros y el mundo.

Las creencias centrales negativas habitualmente son globales generalizadas ya absolutas.


 Cuando una creencia central se activa el paciente procesa con facilidad la información que lo sustenta pero no puede reconocer o distorsiona la información que lo refuta.

Identificar creencias centrales el terapeuta se vale de las mismas técnicas que ha utilizado para identificar las creencias intermedias, además de utilizar la técnica de la flecha hacia abajo, trata de buscar temas centrales en los pensamientos automáticos del paciente, observa las creencias centrales que aparecen expresadas como pensamientos automáticos e interroga directamente acerca de la creencia central.


MODIFICAR CREENCIAS CENTRALES Y MODIFICAR NUEVAS CREENCIAS.

Antigua creencia central nadie me ama, no valgo nada, soy un inoperante, estoy lleno de defectos.

Nueva creencia central generalmente soy una persona agradable, soy una persona valiosa con rasgos positivos y negativos puedo controlar muchas cosas soy normal con puntos fuertes y débiles.

EL FORMULARIO DE CREENCIAS CENTRALES.

Utilizar contrastes extremos para modificar creencias centrales
Desarrollar metáforas
Comprobaciones históricas de la creencia central
Reestructuración de recuerdos tempranos

EXPERIMENTOS CONDUCTUALES.

Comprueban directamente la validez de los pensamientos o las presunciones del paciente y son una importante técnica de evaluación.

Especial

¿ Son parte de  o no ?

CONTROL Y PROGRAMACION DE LAS ACTIVIDADES.

Un cuadro de actividades es sencillamente una tarjeta en la que se encuentra consignado los días de la semana en la parte superior y sobre la izquierda de arriba hacia abajo aparecen las horas del día

Programar actividades.

 El mismo cuadro se puede utilizar para programar actividades en lugar de controlar las que realizara durante la semana el paciente planifica y escribe las actividades para la semana siguiente

Distracción y refocalización

Generalmente, es mejor que el paciente evalué su pensamiento automático en el momento que este se produce y que puede modificar allí mismo su pensamiento. Sin embargo en muchas situaciones esta estrategia no es posible  y se indica refocalizar la atención, distraerse o leer una tarjeta de apoyo


Relajación
Muchos pacientes se benefician de técnicas de relajación, que se describe detalladamente en otras obras (Benson, 1975), (Jacobson,1974)

Tarjetas de apoyo

Tarjeta de apoyo 1: Pensamiento automático- Respuesta adaptativa


Muchos pacientes no solo experimentan pensamientos automáticos en forma de palabras no expresadas en su mente, sino que también lo hacen de forma de fotografías mentales

Tareas para el hogar

Las tareas para el hogar no son un elemento accesorio, sino que son parte constitutiva de la terapia cognitiva. Por medio de ella el terapeuta busca extender las oportunidades de cambios cognitivos y conductuales a toda la semana del paciente.

Tareas permanentes

Activación conductual
Control de pensamientos automáticos
La biblioterapia
El repaso de las sesiones anteriores ayuda a consolidar los aprendizajes

Finalización y prevención de recaídas

El objetivo de la terapia cognitiva es facilitar la remisión de los trastornos del paciente y enseñarles  a ser su propio terapeuta. El tratamiento suele tener una frecuencia de una sesión por semana del comienzo .En un caso ideal, una vez que el paciente ha experimentado una reducción de los síntomas y ha aprendido las herramientas básicas de la terapia cognitiva, la frecuencia se va reduciendo , primero a una sesión cada dos semanas , y luego a una cada tres o cuatro semanas . Además a los pacientes se les alienta a que asistan  a sesiones de refuerzo  a los tres, seis y doce meses luego de determinado el tratamiento.

TC Y DEPRESION


El modelo cognitivo postula tres conceptos específicos para explicar el sustrato
psicológico de la depresión: (1) la tríada cognitiva, (2) los esquemas, y (3)
los errores cognitivos (errores en el procesamiento de la información)


Concepto de tríada cognitiva
La tríada cognitiva consiste en tres patrones cognitivos principales que inducen
al paciente a considerarse a sí mismo, su futuro y sus experiencias de un
modo idiosincrático. El primer componente de la tríada se centra en la visión
negativa del paciente acerca de sí mismo. El paciente se ve desgraciado, torpe,
enfermo, con poca valía. Tiende a atribuir sus experiencias desagradables a un
defecto suyo, de tipo psíquico, moral, o físico. Debido a este modo de ver las
cosas, el paciente cree que, a causa de estos defectos, es un inútil, carece de
valor. Tiende a subestimarse a criticarse a sí mismo en base a sus defectos. Por
último, piensa que carece de los atributos que considera esenciales para lograr
la alegría y felicidad.

El segundo componente de la tríada cognitiva se centra en la tendencia del
depresivo a interpretar sus experiencias de una manera negativa. Le parece que
el mundo le hace demandas exageradas y/o le presenta obstáculos insuperables
para alcanzar sus objetivos. Interpreta sus interacciones con el entorno, animado
o inanimado, en términos de relaciones de derrota o frustración. Estas interpretaciones
negativas se hacen evidentes cuando se observa cómo construye el
paciente las situaciones en una dirección negativa, aun cuando pudieran hacerse
interpretaciones alternativas más plausibles. La persona depresiva puede darse
cuenta de que sus interpretaciones negativas iniciales estaban desviadas si se
le anima a reflexionar sobre otras explicaciones alternativas menos negativas.
En este sentido, puede llegar a darse cuenta de que estaba tergiversando los hechos
para que se ajustasen a las conclusiones negativas que se había formado
de antemano.

El tercer componente de la tríada cognitiva se centra en la visión negativa
acerca del futuro. Cuando la persona depresiva hace proyectos de gran alcance,
está anticipando que sus dificultades o sufrimientos actuales continuarán indefinidamente.
Espera penas, frustraciones y privaciones interminables. Cuando
piensa en hacerse cargo de una determinada tarea


Un segundo componente del modelo cognitivo es el que se refiere al modelo
de esquemas.

 Este concepto se utiliza para explicar por qué mantiene el paciente
depresivo actitudes que le hacen sufrir y son contraproducentes, incluso
en contra de la evidencia objetiva de que existen factores positivos en su vida.
Cualquier situación está compuesta por un amplio conjunto de estímulos. El
individuo atiende selectivamente a estímulos específicos, los combina y conceptualiza
la situación. Aunque personas diferentes pueden conceptualizar la misma
situación de maneras diferentes, una persona determinada tiende a ser consistente
en sus respuestas a tipos de fenómenos similares. Ciertos patrones cognitivos
relativamente estables constituyen la base de la regularidad de las interpretaciones
acerca de un determinado conjunto de situaciones. El término “esquema”
designa estos patrones cognitivos estables.
Cuando una persona se enfrenta a una circunstancia. El esquema es la base
para transformar los datos en cogniciones (definidas como cualquier idea con un
contenido verbal o gráfico). Así, un esquema constituye la base para localizar, diferenciar
y codificar el estímulo con que se enfrenta el individuo. Este categoriza
y evalúa sus experiencias por medio de una matriz de esquemas.
Los tipos de esquemas empleados determinan el modo como un individuo
estructurará distintas experiencias. Un esquema puede permanecer inactivo durante
largos períodos de tiempo y ser activado por inputs ambientales específicos
(por ejemplo, situaciones generadoras de ansiedad). Estos esquemas activados
en una situación específica determinan directamente la manera de responder
de la persona. En los estados psicopatológicos tales como la depresión, las
conceptualizaciones de los pacientes acerca de determinadas situaciones se distorsionan
de tal modo que se ajustan a esquemas inadecuados prepotentes. El
emparejamiento ordenado de un esquema adecuado con un estímulo concreto
se ve alterado por la intrusión de los esquemas idiosincráticos activos.

Distorsiones cognitivas

Se utilizan varias técnicas verbales para explorar la lógica subyacente y la
base de las cogniciones y supuestos concretos. El paciente recibe, al principio,
una explicación del fundamento teórico de la terapia cognitiva. A continuación,
aprende a reconocer, controlar y registrar sus pensamientos negativos en el Registro
Diario de Pensamientos Distorsionados (ver Apéndice). Las cogniciones y
supuestos subyacentes se discuten y examinan desde el punto de vista de la lógica,
validez, valor adaptativo, e incremento de la conducta positiva versus mantenimiento
de la patología. Por ejemplo, se discute la tendencia de los depresivos
a sentirse responsables de los resultados negativos, en tanto que sistemáticamente
se niegan a asumir sus propios éxitos. La terapia se centra en “síntomas
objetivo” específicos (por ejemplo, los impulsos suicidas). Se identifican las
cogniciones que están a la base de dichos síntomas (por ejemplo, “Mi vida es
completamente inútil, carece de valor, y yo

Las técnicas conductuales se emplean con los pacientes depresivos más graves
no sólo para modificar la conducta, sino también para elicitar cogniciones
asociadas a conductas específicas. Ya que el paciente, por lo general, necesita
estas técnicas más activas al comienzo del tratamiento, presentaremos el mate-rial relacionado con las estrategias conductuales antes de la exposición
de las técnicas . Entre los materiales relacionados con las técnicas
conductuales se encuentran un Cuestionario de Actividades Semanales, en
el que el paciente debe registrar sus actividades cada hora: un Cuestionario de
Dominio y Agrado, en el que el paciente avalúa las actividades listadas en el
cuestionario anterior; y la Asignación de Tareas Graduales, en la cual el paciente
emprende una serie de tareas que le llevarán a alcanzar una meta que él considera
difícil o imposible. Además, las técnicas conductuales se diseñan para
ayudar al paciente a someter a prueba ciertos supuestos y cogniciones desadaptativos.


Seleccionar los síntomas objetivo


Resulta difícil determinar de antemano los problemas más urgentes y el nivel
de acercamiento a los mismos. No obstante, en general, en los pacientes que
presenten un grado medio o grave de depresión, el punto central de la intervención
terapéutica se situará en el nivel de los síntomas objetivo*. Un síntoma objetivo
puede identificarse como cualquiera de los componentes de la depresión
que conlleva sufrimiento o algún tipo de incapacidad funcional. Los síntomas objetivo
pueden clasificarse en las siguientes categorías (para una descripción más
completa de estas categorías, véase Beck, 1967, págs. 10-43):
1. Síntomas afectivos: tristeza, pérdida de la gratificación, apatía, pérdida de
sentimientos, y afecto por otras personas, pérdida de la alegría, ansiedad.
2. S. Motivaciones: deseo de escapar (normalmente, vía suicidio); deseo de
evitar “problemas” o incluso actividades cotidianas.
3. S. Cognitivos: dificultad para concentrarse, problemas de atención, dificultades
de memoria. Las distorsiones cognitivas –que se sitúan más bien a nivel
conceptual o en el nivel del procesamiento de la información– se discutirán en
el siguiente apartado.
4. S. Conductuales: suelen ser reflejo de otros tipos de síntomas ya mencionados;
se incluyen la pasividad (por ejemplo, quedarse en la cama o permanecer
sentado en una silla durante horas), la evitación o huida del contacto con
otras personas, la lentitud, la agitación.
5. S. Fisiológicos o vegetativos: alteraciones del sueño (tiempo de sueño por
encima o por debajo de los períodos normales); del apetito (hiperfagia o hipofagia),
etc.
El terapeuta (en colaboración con el paciente) determina los síntomas objetivo
por los que van a comenzar, basándose en varios factores:
a. ¿Cuáles son los más problemáticos para el paciente?
b. ¿Cuáles son los más susceptibles de intervención terapéutica?


La prescripción de actividades determinadas se basa en la observación clínica
de que a los pacientes depresivos les resulta difícil realizar las tareas que anteriormente
les costaba un esfuerzo relativamente pequeño. Tienden a evitar las
tareas complejas; en caso de que las aborden, es probable que tengan grandes
dificultades para lograr el objetivo. La pauta típica es que el depresivo evite la
actividad o se detenga y abandone al encontrar la más mínima dificultad. Parece
que sus creencias y actitudes negativas están a la base de su tendencia a darse
por vencidos. Los pacientes suelen decir, “Es inútil que lo intente”, ya que
están convencidos de que van a fracasar. Cuando abordan actividades dirigidas
a un objetivo, tienden a maximizar las dificultades y a minimizar su capacidad
para superarlas.
El empleo de programas de actividades sirve para contrarrestar la escasa motivación
del paciente, su inactividad y su preocupación en torno a las ideas depresivas.
Es probable que la técnica de planificar el tiempo del paciente hora
tras hora lo mantenga ocupado e impida que regrese a su estado de inmovilidad.
Además, el hecho de centrarse en tareas dirigidas a un objetivo proporciona
al paciente y al terapeuta datos concretos en los que basar las evaluaciones
realistas de la capacidad funcional del paciente.

Suele ser recomendable explicar al paciente los conceptos de Dominio y
Agrado. El “Dominio” puede no relacionarse directamente con el término ni con
la magnitud de la tarea. Los pacientes tienen tendencia a comparar la perfección
conseguida en la realización de la tarea con su nivel de logro previo a la
depresión. Así, pueden decir, “¿Qué tiene de extraordinario llamar por teléfono

a un amigo? Antes, yo era capaz de hacer docenas de llamadas sin siquiera pararme
a pensar en ello”. O “¿Qué tiene de maravilloso que haga las labores domésticas?
Debería ser capaz de hacerlo. Es lo que se espera de mí, ¿no?”. El terapeuta
deberá explicar al paciente que la evaluación de la ejecución actual (el
grado de dominio) debe basarse, lógicamente, en la dificultad que entraña la tarea
en el estado actual del paciente, no en su estado ideal: Debido a la depresión,
“lleva usted un gran peso a sus espaldas” o “arrastra un pesado lastre”; en
estas circunstancias, incluso los logros pequeños deben considerarse como muy
importantes.
El Agrado se refiere a los sentimientos de placer, diversión o alegría derivados
de una actividad. En ocasiones, incluso la más mínima satisfacción que el
paciente atribuya a sus acciones puede ayudar a restablecer su optimismo.
Dominio y Agrado pueden ser totalmente independientes. El paciente debe
interpretar el Dominio como un paso hacia delante, aunque no haya experimentado
Agrado. Si el paciente no registra su evaluación en estas dimensiones
después de haber finalizado con éxito una tarea, es probable que se deba a una
interpretación negativa de la actividad en cuestión.

La etapa más importante de la terapia cognitiva es el entrenamiento del paciente
para observar y registrar sus cogniciones. Obviamente, si no se llega a
un acuerdo sobre los datos relevantes que van a estudiarse, la comunicación terapéutica
se verá seriamente limitada. El entrenamiento en la observación y registro
de las cogniciones hace que el paciente se de cuenta de la existencia de
la imágenes y autoverbalizaciones (“corriente de pensamientos”). El terapeuta
entrena al paciente a identificar las cogniciones inadecuadas y distorsionadas. A
veces, el paciente necesita aprender previamente a discriminar entre sus propios
pensamientos y los acontecimientos reales. También debe comprender la
relación entre sus cogniciones, afectos y conducta, y los acontecimientos ambientales.
La tarea de entrenar al paciente a observar y registrar sus cogniciones debe
realizarse en pasos sucesivos: (1) Definir lo que es un “pensamiento automático”
(cognición); (2) demostrar la relación entre cognición y afecto (o conducta),
valiéndose de ejemplos concretos; (3) demostrar la presencia de las cogniciones,
tomando como base la experiencia reciente del paciente; (4) asignar para
casa la tarea de registrar las cogniciones; y (5) revisar los registros del paciente
y proporcionarle feedback.

Técnicas de retribución

Un patrón cognitivo frecuente en la depresión consiste en autoatribuirse –incorrectamente–
la culpa o responsabilidad de acontecimientos negativos. Los pacientes
depresivos presentan una fuerte tendencia a autoculpabilizarse por consecuencias
negativas de situaciones que escapan a su control, así como por las
relativas a sus acciones y juicios. La técnica de “reatribución” se emplea cuando
el paciente atribuye, de forma poco realista, las consecuencias negativas a una
deficiencia personal, como la falta de capacidad o de esfuerzo. El terapeuta y el
paciente revisarán los acontecimientos relevantes y aplicarán leyes lógicas a la
información disponible, con objeto de atribuir la responsabilidad a quien verdaderamente
le corresponda. Lo importante no es liberar al paciente de toda responsabilidad,
sino definir los múltiples factores que pueden intervenir en una experiencia
adversa. Conforme va ganando en objetividad, el paciente no sólo deja
de atribuirse el peso de la culpa, sino que además puede buscar caminos para
evitar las situaciones adversas e incluso prevenir su ocurrencia futura.

La reatribución resulta especialmente útil con los pacientes que tienen tendencia
a culpabilizarse y/o a atribuirse la responsabilidad de cualquier circunstancia
adversa. El terapeuta puede decidir contrarrestar las cogniciones del paciente
que se culpabiliza (a) revisando los “hechos” que dieron lugar a la autocrítica
(como en el caso anterior); (b) mostrando los distintos criterios existentes
para atribuir la responsabilidad que el paciente aplica a su propia conducta
y demostrando cómo podrían haber sido aplicados a la conducta de otra persona;
o (c) poniendo en duda la creencia de que el paciente es “100%” responsable
de cualquier consecuencia negativa. Para referirse a esta técnica se ha empleado
el término “de-responsabilización”.

Registro de pensamientos inadecuados

Anotar las cogniciones y las respuestas en columnas paralelas es un modo
de comenzar a examinar, evaluar y modificar las cogniciones. El paciente recibe
la instrucción de escribir sus cogniciones en una columna y, a continuación,
una “respuesta razonable” a cada cognición en otra columna. Se pueden incluir
columnas adicionales donde se especifiquen los sentimientos y conductas del
paciente, así como la descripción de la situación que precedió a la cognición

En este sentido, y en función del número de columnas, la técnica puede ser de
dos, tres, o incluso cuatro columnas. Se dispone de una hoja de registros para
facilitar al paciente la tarea de anotar sus pensamientos e imágenes inadecuadas.
Los encabezamientos de las columnas de esta hoja son: Datos, Situación,
Emoción (es), Pensamientos automáticos, Respuesta racional y Resultado.
El terapeuta debe explicar detalladamente el empleo de la hoja, una vez que
el paciente haya entendido la noción de pensamientos (o cogniciones) automáticos.
Es conveniente ofrecer algunos ejemplos de cogniciones inadecuadas y
respuestas racionales durante la sesión. El terapeuta también debe enseñar al
paciente a evaluar el grado de sus experiencias emocionales y a determinar hasta
qué punto cree en sus pensamientos automáticos. El fundamento teórico de
este procedimiento consiste en enseñar al paciente a discriminar con más precisión
sus emociones y sirve para asegurarse de que el paciente anota los pensamientos
que resultan “extraños” (esto es, que tienen un bajo grado de credibilidad).
Las evaluaciones, naturalmente, proporcionan un método para cuantificar
los cambios en las respuestas emocionales y en los pensamientos del paciente.
El Registro Diario de Pensamientos Distorsionados es un instrumento
muy útil para la terapia cognitiva. A medida que avanza el tratamiento, muchos
pacientes consultan sus anotaciones para recordar los tipos de situaciones y
errores de pensamiento que puedan mantener o acentuar la depresión.

Empleo del contador de pulsera
Hemos observado que, aunque no se dan cuenta de la naturaleza repetitiva
y estereotipada de sus pensamientos automáticos negativos, el empleo de un
Instrumento técnico les ayuda a identificar y controlar sus cogniciones

Tecnicas

Biblioterapia
Esta modalidad técnica pone el énfasis en darle información precisa al
paciente sobre su situación, para eso se le sugiere o se le dan ciertos libros que
traten sobre sus problemas para que el paciente lea, esta es una forma efectiva de
reforzar ciertos aspectos trabajados en el tratamiento, en ciertos casos también
logra aumentar el compromiso y disminuir las ansiedades.

El caso más conocido es el de “Coping with depression” (Cómo hacer frente a
la depresión) de Geenberg y Beck, 1974, que los autores sugieren como parte de su
tratamiento para la depresión.

Listaré las técnicas más utilizadas en la Terapia Cognitiva:
 Técnicas de relajación
 Técnicas de respiración
 Asignación de tareas
 Técnicas de distracción
 Dominio y agrado
 Desensibilización sistemática
 Autoafirmaciones
 Autoobservación o monitoreo
 Role Playing
 Ensayos conductuales
 Ensayos cognitivos
 Entrenamiento en habilidades sociales
 Técnicas de escalamiento
 Registro de pensamientos automáticos
 Identificación de distorsiones cognitivas
 Disputa racional
 Trabajo con el niño interior
 Búsqueda de soluciones alternativas
 Ventajas y desventajas
 Trabajo con SDSDSD
 Juegos
 Ejercicios gestálticos
 Ordenamiento en escalas


Relaciones entre Terapia Cognitiva y Psicoanalisis

Al revisar la obra temprana de Aaron Beck, nos encontramos con una concepción de la mente más próxima a la psicoanalítica que a la cognitiva. Este hecho pone de manifiesto la distancia que, en un principio, media entre terapia cognitiva y psicología cognitiva. A través de este trabajo, pretendemos mostrar cómo, a pesar de desarrollar una terapia alternativa al psicoanálisis, Beck no terminó de desprenderse de algunos de los presupuestos básicos de esta teoría. Esto resulta particularmente notorio en la visión que Beck tiene del funcionamiento y la evolución de la mente en sujetos con alteraciones psicológicas. Las semejanzas entre la terapia cognitiva de Beck y determinadas
nociones psicoanalíticas han sido señaladas por autores como Ruiz y Cano
(2002), entre otros. El propio Beck (1967) destacó en su trabajo las aportaciones de Freud, llegando a afirmar que el marco teórico de la terapia cognitiva es en cierto modo similar al del psicoanálisis (Beck, 1985). Más allá de la constatación de estas similitudes, nuestro objetivo es entresacar de la obra temprana de Beck la idea de la mente sobre la que se asienta su método terapéutico.


Influencia de Freud sobre la concepción de la
mente en la formulación inicial de la terapia
cognitiva de Aaron T. Beck
Miguel L. Martín Jorge*

Universidad de Málaga











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